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Plaza de las tres culturas
Plaza de las tres culturas - Photo by Karl-Heinz Müller

Presidentes de México: 1822 a 2030

Desde la Independencia hasta la Revolución

Una vez que se firmó el Acta de Independencia de México el incipiente Congreso Constituyente de México estaba dividido entre los que querían una república y los que querían un imperio. Así mismo los imperialistas estaban divididos entre los que querían un imperio independiente y los que querían que la casa de Borbón enviara un noble a gobernar. Después de algunas disputas los iturbidistas pidieron y obtuvieron la corona para Agustín I, quien fue coronado el 21 de julio de 1822 dando así lugar al Primer Imperio Mexicano:

Al reducir impuestos para ganar súbditos y pretender reducir el ejército para compensar la falta de ingresos, Antonio López de Santa Anna acusó al emperador de despotismo y éste respondió disolviendo el Congreso, provocando el enojo de los republicanos quienes se unieron a Santa Anna y lograron que Agustín I abdicara. Se estableció entonces un triunvirato para conformar la república y una vez conformada el congreso nombró a Guadalupe Victoria como primer presidente. Transición Republicana:

Antonio López de Santa Anna ocupó la presidencia de la república en numerosas ocasiones, en otras el presidente en turno no era más que un títere de santa Anna, lo que le permitió afinar el estilo totalitario que distinguió su último periodo. En este tiempo el territorio nacional sufrió un desmembramiento que lo redujo a la mitad de lo que era al término de la Guerra de Independencia.

La Guerra de Reforma fue un conflicto armado entre dos bandos en que se encontraba dividida la sociedad mexicana: liberales y conservadores. El liberal Benito Juárez en su calidad de presidente suplente y a favor de la renuncia del presidente electo Félix Zuloaga, dictó las Leyes de Reforma que separaban la iglesia del estado entre otras cosas. Una vez en el poder, Benito Juárez ocupó la silla presidencial en varias ocasiones.

La lucha entre los dos bandos resultó en varios años de inestabilidad política. El poder ejecutivo lo ocuparon liberales y conservadores de manera consecutiva y en ocasiones simultánea. En una de estas ocasiones, los conservadores solicitaron a Napoleón III su apoyo militar y el envío de un noble que sería nombrado Emperador de México. En un principio Napoleón aceptó pero más tarde tuvo que dedicarse por completo a su conflicto con Rusia, dejando a su enviado a su suerte.

Segundo Imperio (simultáneo con la Reforma)

Una vez que los liberales comandados por Benito Juárez logran recuperar el poder, con el tiempo y no fácilmente, llegó a encabezar el gobierno un general del ejército juarista que basado en las ideas modernas de la filosofía positivista conformó un gabinete con el que cimentó las bases de una época polémica que conocemos como El Porfiriato. Aunque fue de gran progreso económico para México, también ensanchó la brecha entre el campo y la ciudad, dejando en el olvido a millones de mexicanos pobres.

Desde la Revolución hasta hoy

Después de treinta años de opresión surgió un movimiento social que no tuvo un carácter homogéneo, sino que consistió en una serie de conflictos protagonizados por distintos jefes políticos y militares que se fueron sucediendo en el gobierno de la nación. Tras el primer triunfo de Francisco I. Madero, la necesaria reconstrucción del país se vio dificultada por las disputas entre las propias facciones revolucionarias.

La Constitución de 1917 fue el paso decisivo para la organización del estado posrevolucionario. Al institucionalizar la vida política del país, Plutarco Elías Calles da inicio a un periodo dictatorial sui-generis que marcaría la historia de México en los siguientes 70 años. Este periodo conocido como La Pacificación también estuvo marcado por un enfrentamiento entre el gobierno y las fracciones conservadoras de la sociedad, además de la llegada de los primeros presidentes no militares.

En el México moderno la estabilidad lograda en el país hasta iba de la mano con el predominio del partido autoproclamado protector de los ideales de la revolución: el PRI, que fue sometido a fuertes presiones y exigencias para la preservación y conquista de los espacios de poder público. El resultado si bien no fue un estado verdaderamente democrático, si permitió que México se pusiera al día con las tendencias en la participación democrática del mundo.

Por primera vez en 71 años, México vivió la alternancia política de la Presidencia cuando el candidato opositor del Partido Acción Nacional derrotó al candidato oficialista. Aunque hay quienes sostienen que el poder lo sigue ostentando la misma clase gobernante de antes, se puede considerar este cambio como la entrada a una Incipiente Democracia.