Arqueología Ciudad de México
Teotihuacan, Sitio Arqueológico
Las principales atracciones de Teotihuacan son la avenida de los Muertos, con edificios y pirámides a lo largo, la Pirámide del Sol, que es la segunda pirámide más grande jamás construida en América, la Pirámide de la Luna y la Pirámide de la Serpiente Emplumada. La Avenida de los Muertos tiene 2.5 km de largo y divide la ciudad en dos secciones. Complejos de departamentos con construcciones piramidales a ambos lados de la avenida fueron construidos a lo largo, algunas veces de manera simétrica y con la misma orientación. La Pirámide del Sol tenía aproximadamente 215 por 215 metros en su base, y cerca de 63 metros de altura. Fue significativamente agrandada por lo menos dos veces en periodos tardíos, resultando en una dimensión final de 225 metros de cada lado.
Se encontraron muchas tumbas en el templo de la Serpiente Emplumada, conteniendo artefactos y joyería. Este templo es también el centro de La Ciudadela, un gran complejo que se encuentra en el centro geográfico de la ciudad. Mide 160, 000 metros cuadrados. El espacio interior está rodeado por cuatro plataformas con pirámides encima. La plaza principal tenía capacidad para 100,000 personas sin mucho hacinamiento.
Este sitio arqueológico se encuentra a 40 kilómetros al norte de la ciudad de México y se puede llegar a él fácilmente en autobús desde la capital del país. No se recomienda rentar un auto ya que manejar en la ciudad de México es engañoso y la ciudad es enorme. Hay muchas agencias de excursiones que ofrecen transportación a Teotihuacan, esta es la manera más fácil de llegar al sitio.
La construcción de la ciudad data desde 300 A.C. y la construcción de las grandes pirámides de entre los años 150 y 450 D.C., con una población media de más de 200,000 habitantes. La ciudad desarrolló relaciones comerciales y dinásticas con pueblos tan lejanos como Honduras. Fue atacada y parcialmente quemada en el siglo VII o VIII. Muchas de las estatuas y edificios de la clase alta fueron completamente arrasados.
Todavía hay excavaciones en Teotihuacan y la exploración cubre más de 80 metros cuadrados. Hay un interesante museo para visitar en el sitio.
Templo Mayor, Ciudad de México
El Templo Mayor es una de los sitios arqueológicos más importantes del país y está ubicado en lo que hoy es el Centro Histórico de la ciudad de México. Está a un lado del Zócalo, a la derecha de la Catedral, viendo a ésta de frente. Es posible tomar el Metro a la estación 'Zócalo' o pedir al taxista que le lleve al Templo Mayor. Está a 2 minutos caminando desde el centro.
Las ruinas del Templo Mayor fueron descubiertas por azar en 1978 durante trabajos de excavación para el sistema de transporte colectivo, Metro. En ese entonces, el primer descubrimiento fue un monolito que después sería reconocido como el de la diosa azteca de la luna, Coyolxauhqui. Desde esa época, se ha realizado trabajo científico de forma permanente a través del Proyecto del Templo Mayor. Esto condujo nueve años después, en 1987, a la creación de un museo conocido como Museo del Templo Mayor. Desde entonces, miles de objetos y artefactos han dado como resultado un conocimiento más comprehensivo acerca de esta sociedad.
Antes de pasear por las ruinas, para los visitantes puede ser conveniente entrar al museo techado que está dentro del sitio arqueológico. Una maqueta del Templo Mayor muestra, a través de un corte, los siete niveles que reflejan el mismo número de fases de construcción o ampliaciones del recinto sagrado que se realizaron a través del tiempo.
El Templo Mayor es una gran pirámide piedra -de 60 metros o 190 pies de altura- sobre la cual se posan dos templos gemelos que estaban dedicados a Huitzilopochtli, el dios de la guerra, y a Tlaloc, el dios de la lluvia o del agua. Al norte de la pirámide del Templo Mayor, la Casa de las Águilas aún conserva varios restos de murales. Dentro de ella, dos estatuas de guerreros aztecas hechas de barro y vestidas con trajes de águila pueden apreciarse. De acuerdo con el arqueólogo López Luján, los Guerreros Águila representaban ya sea al sol naciente o al Tlatoani - el máximo gobernante sobre la Tierra- que nacía después de ser electo emperador. En este edificio, se exhibe la impresionante roca que representa a Coyolxauhqui. Esta diosa, según los mitos, era tía de Huitzilopochtli, quien la mató al nacer. La piedra de 8 toneladas de peso retrata a la diosa de la luna Coyolxauhqui desmembrada.
Una de las exhibiciones más impresionantes del museo es el 'Tzompantli' o Muro de los Cráneos. Se trata de una extraordinaria colección de cráneos humanos encontrados en el templo que está distribuida en un cuadrado de líneas formado por los propios cráneos. Un águila de piedra representa a Huitzilopochtli; los corazones de las víctimas llevadas a sacrificio eran colocados en ella. Los prisioneros de guerra normalmente eran sacrificados para apaciguar la ira de los dioses. Por ello, el 'Tzompantli' era usado como un altar en el que se colocaban los cráneos de las víctimas sacrificadas. El 'Tzompantli es considerado, entonces, como un evidente ejemplo del control político y religioso ejercido por los gobernantes mexicas.
El museo cuenta con 8 salas, el vestíbulo presenta el recinto ceremonial de México-Tenochtitlan. La primera sala está dedicada a exhibiciones temporales. Actualmente, 'El Camino a Mictlán' se muestra aquí. La Sala 2 es llamada Rito y Sacrificio. La Sala 3 se dedica al comercio y al tributo. la Sala 4 contiene artefactos del dios de la guerra, Huitzilopochtli y de la diosa de la luna, Coyolxauhqui. La Sala 5 es para el dios de la lluvia, Tlaloc. La Sala 6 se relaciona con la flora y la fauna de Tenochtitlan. La sala 7 presenta aspectos de la agricultura. Y la Sala 8 exhibe arqueología histórica.
El Templo Mayor puede ser visitado de Martes a Domingo de 9 am a 5 pm. Los Domingos los ciudadanos mexicanos y los residentes extranjeros -con prueba de residencia- pueden entrar gratis. Los niños menores de 13 años y los adultos de más de 60 entran gratis. Pueden tomarse 'tours' en español y en inglés. La visita se complementa con una librería y con servicios de biblioteca. Las fotografías con 'flash' no están autorizadas. Se requiere un permiso para usar un tripié. Una pequeña cuota debe pagarse para el uso de equipo de video.
Calendario Azteca
Un proverbio azteca dice que aquél que tiene la habilidad de contar los días, tiene la facultad de hablar con los dioses... y es que aunque ningun pueblo mesoamericano desarrolló un sistema práctico de escritura, la cuenta del tiempo era tan importante para ellos que sus calendarios no sólo fueron altamente sofisticados: los calendarios mesoamericanos son un rasgo cultural que se ha transmitido y perfeccionado de cultura en cultura a lo largo de 35 siglos aproximadamente.
Un buen día a finales del siglo XVIII en la Ciudad de México, durante unos trabajos de remodelación en la Catedral Metropolitana, fue desenterrada una gran piedra circular de casi 4 metros de diámetro por uno de ancho y un peso de 25 toneladas. Rápidamente se le identificó como un calendario de origen azteca, que la gente común empezó a llamar “Calendario Azteca” y los arqueólogos bautizaron como “Piedra del Sol”.
La que se encontró fue creada en para la conmemoración del siglo azteca en 1479, y es una copia de otra que a su vez fue copia de otra. Su nombre nahuatl es Cuauhxicalli que significa “Jícara de Águilas” y era básicamente una piedra donde se practicaban sacrificios. La sangre recogida se servía de alimento a las águilas, quienes supuestamente llevaban el líquido vital hasta el sol para darle fuerza. En el centro está representado el sol con su lengua convertida en pedernal, instrumento con el que los sacerdotes extraían el corazón del sacrificado.
Consta de ocho círculos concéntricos, y a partir del sol que está en el centro, se encuentran los 4 puntos cardinales y las 4 estaciones en el segundo; los 20 días del mes en el tercero; en el cuarto se encuentra Quetzalcóatl en su papel de mediador entre los hombres y los dioses; la frontera entre lo divino y lo terreno, el cielo y todo lo que viene de él en el quinto; las estrellas y la luna en el sexto; en el séptimo la guerra, el fuego y los muertos; el octavo representa los límites del mundo visible y el encuentro de la noche y el día.
Los calendarios mesosamericanos son la síntesis de la religión, la ciencia y la política desarrolladas hasta el momento de su creación. El azteca sincroniza habilmente los ciclos de Venus, la Luna, el Sol y otros astros, resultando en dos cuentas independientes. Un calendario de 260 días que se consideraba sagrado, y otro de 360 días más cinco de azueto, considerado como el calendario civil. Los dos calendarios coinciden en la misma fecha cada 52 años, ese día se celebraba la ceremonia del Fuego Nuevo.
El Calendario Azteca, Piedra del Sol o Jícara de Águilas puede ser (literalmente) admirado en la sala dedicada a la Cultura Azteca en el Museo de Antropología de la Ciudad de México.